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¿Vivir con los padres sigue siendo una buena solución financiera?

Vivir con los padres

¿Has llegado a los 30 y aún vives con tus padres? Vivir con los padres tiene algunas ventajas obvias, tales como el ahorro de dinero en vivienda, en comida, servicios, etc. La cuestión es que elegir no salir de la casa de los padres debe ser fruto de una decisión financieramente estratégica y no de comodidad.

El alto costo de las grandes ciudades, los matrimonios tardíos y la priorización a los estudios son algunos factores que explican el crecimiento de la llamada “generación canguro”, título dado a los jóvenes de 25 a 34 años que permanecen más tiempo en la casa de los padres.

En Estados Unidos, cerca del 33% de la población de entre 18 y 34 años vive con sus padres.

Pero, ¿cuáles son los perjuicios de seguir viviendo en la casa de tus padres?

Colocando en la balanza los pros y contras, ¿qué vale más la pena, vivir con tus padres o conquistar en definitiva tu independencia? ¡Continúe la lectura para descubrir lo que debe ser pensado antes de tomar esa decisión!

La ventaja de vivir con los padres

En una época de recesión y desempleo, el camino de regreso a la casa de los padres se convierte en una opción natural para quienes tienen dificultades de recolocación laboral. También existe el beneficio del apoyo emocional de la familia, pues ellos brindan comida, servicios, lo que puede permitir estudiar y buscar empleo con más tranquilidad sin pensar en problemas económicos.

Sin embargo, para quien tiene un buen empleo y salario interesante, mantenerse bajo el mismo techo con los padres, desde el punto de vista financiero, sólo vale la pena si se quiere ahorrar para construir un patrimonio sólido.

Sin embargo, ¿de qué sirve pagar pocas cuentas y no tener que preocuparse por el alquiler si toda ese ahorro se pierde sólo en gastos superfluos? En diez años, una persona de ese perfil puede recaudar hasta menos que un compañero de mismo cargo y salario que esté viviendo solo, pero que tenga espíritu emprendedor.

Imaginemos una persona que ha elegido vivir con sus padres hasta los 30 años para formar un fondo que garantice un retiro estable. Se inscribe a un plan de pensiones, con una inversión de US$ 500 por mes de 28 a 35 años, en un hipotético retorno del 6% por año, que implicaría la acumulación de más de US$ 65.000. Nada mal, ¿no?

¿Imagínese entonces si esa persona continuara haciendo aportes en esa inversión después de salir de la casa de los padres? En ese caso, vivir con los padres hasta los 30 o 40 años traerá frutos para toda una vida. El problema es que, según investigaciones, sólo el 28% de los latinos entre 18 y 35 años ahorran dinero.

Los beneficios de salir de la casa de los padres

Vivir con los padres también tiene sus percances. Para empezar, hay que seguir las reglas de ellos dentro de la residencia. Esto significa, por ejemplo, no poder llevar docenas de amigos a ver una película en la noche del sábado o no poder organizar una fiesta un fin de semana.

Sí, aunque hay ventajas (sobre todo la de acumulación de capital), no salir de la casa de los padres cuando su vida le pide alas tiene un precio. Si quiere salir, por supuesto, también tendrá que prepararse financieramente antes. ¡No hay cómo escapar de eso! Ahora, vea las ventajas de dejar de vivir con los padres después de los 30 años.

Maduración

El ser humano nace de una relación de dependencia. Sin embargo, es necesario que ese cordón umbilical sea gradualmente neutralizado, a fin de que se convierta en señor de sus propias decisiones. El escoger vivir con los padres después de los 30 o 40 años puede retardar su proceso de enfrentamiento del mundo real en virtud de la protección familiar eternizada.

Esto no quiere decir en modo alguno que vivir solo significa desligarse de sus vínculos familiares. Más bien, es para desarrollar su capacidad de dirigir sus propios pasos, tornándose más apto para inversamente cuidar de los padres que, poco a poco, van a llegar a una edad avanzada.

Mejora en las relaciones familiares

Aún en la línea de maduración, este proceso estimulado por el acto de salir de la casa de los padres provoca no un alejamiento, sino el fortalecimiento de los lazos frente al desgaste de décadas bajo el mismo techo.

¿Cuántas veces has escuchado algún amigo decir que la relación con los padres se ha vuelto mejor e incluso más cercana después de su conquista definitiva de la independencia? ¡Eso es lo que sucede en la mayoría de los casos!

Intimidad

Este es el beneficio más obvio, pero no menos importante. ¿Quieres hacer un ensayo en la sala de tu casa? ¿Quieres traer a tus amigos, amores y hasta mascotas dentro de casa?

Quien vive solo tiene que hacer su propia comida, pagar todas las cuentas y arreglar lo que rompe dentro de casa. Pero, en compensación, puede tener esa tan soñada libertad y privacidad.

Cómo construir una reserva financiera y salir de la casa de los padres con seguridad

Si está pensando en vivir solo, con amigos o algún cónyuge, necesita planear financieramente antes. Tenga en cuenta que, en ambos extremos, tiene el mismo desafío: si decide continuar viviendo con sus padres, tienen que aprender a ahorrar para tomar ventaja real de la misma.

Ya si decide salir, debe crear un colchón financiero que le permita al pagar el inicial de en un inmueble. Es decir, si ha llegado o ha pasado de los 30, no puede esperar ni un minuto más para empezar a hacer crecer su dinero!

¡Hay muchas opciones! Lo que no es opción es seguir viviendo en la casa de los padres sin ahorrar para enriquecerse o salir para no trabajar el hábito de invertir.

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